Para interceder por su hijo Christian, Guillermo Tell acude a la ciudad donde está preso. En el camino cae dentro de una cueva de hielo donde se le aparece el Guerrero del Hielo que le obsequia con tres flechas: la de la Verdad, la del Engaño y la que no concede nada. Guillermo se niega a humillarse ante el malvado Gobernador y éste le obliga a disparar sobre una manzana situada en la cabeza de Christian.