No hasta tres años después de la muerte de su marido Jolly, Kay se atreve a regresar a su antigua casa, convencida por su nuevo prometido, Rupert. Pero pronto sus peores expectativas se vuelven realidad, cuando no solo la persiguen sus viejos recuerdos, sino también el fantasma de Jolly, que no aprueba a su nueva pareja. Invisible para cualquier persona que no sea Kay, intenta evitar la boda.