Riana lo arregla para que Paul pueda vivir y trabajar en su pueblo, pero encuentra el trabajo en el campo innecesariamente difícil. Riana explica que las cosas deben hacerse de acuerdo con las instrucciones de los Spellbinders. Paul se vuelve escéptico sobre los poderes de los Spellbinders y pronto se da cuenta de que están usando la ciencia, no la magia, para parecer poderosos. Los trajes de poder que usan tienen algún tipo de energía eléctrica. Paul intenta explicarle al Spellbinder local, Gryvon, que es de otro mundo. Le muestra cosas que ha traído de su mundo y le pide ayuda para llegar a casa, pero Gryvon lo acusa de violar la ley Spellbinder. Paul tiene la oportunidad de mostrar sus talentos únicos haciendo fuegos artificiales para salvar a la aldea de los devastadores Merodeadores, pero Gryvon se lo lleva para ser juzgado.