Tras un pequeño altercado en un local de striptease, un joven de color empotra su camión contra el club arrollando a un oficial de la Marina. Poco después, los efectivos del NCIS descubren que el conductor del camión es un refugiado sudanés. Caracterizado como un adolescente llamado Moe, Sam decide recabar nueva información sobre el principal sospechoso del caso y del hombre que le acompañaba. Mientras tanto, Hetty, la directora de Operaciones del NCIS, se preocupa por el efecto que la sobrecarga de trabajo pueda estar teniendo en el equipo.