En 1992, Rocío Jurado conoce a Ortega Cano, con el que se casa tres años después. Pero este gran amor, pronto se convierte en motivo de infelicidad, a pesar de la alegría que traen a la familia sus dos hijos adoptados y de la imagen idílica que tratan de transmitir a la opinión pública. Rocío Carrasco narra episodios realmente sobrecogedores ocurridos en la pareja y detalla faltas de respeto dentro del matrimonio que aclaran por qué en la primera temporada dijo que esa boda no había sido una decisión acertada.