En el siglo IV d. C., el Imperio romano se ve sacudido por terremotos e incendios devastadores, invasiones bárbaras y profundas divisiones religiosas. Cuando Roma decae, el Coliseo, que en su día fue un símbolo de la gloria del Imperio, se vacía. Para revertir la situación, un hombre, devoto de los antiguos dioses de Roma, recurre de nuevo a la arena. ¿La organización de elaborados y costosos juegos podrá evitar el ocaso de Roma?