Van se siente culpable por haber estado a punto de matar a Mi-ho y desaparece. Para encontrarlo, y herida por su frialdad, Mi-ho llega al templo Taeansa. Mientras tanto, aumentan los asesinatos en Jeju en los que se extraen los órganos de las víctimas. Por las cicatrices, Van cree que Gungtan ha regresado. Johan encuentra a su hermano mayor Chan-hee, separados de pequeños, en un pesquero.