La victoria en Australia tiene un sabor agridulce, ya que los excelentes resultados de Brawn GP molestan a las escuderías que la ayudaron. Los ataques de los pesos pesados de la F1 no impiden que Jenson Button triunfe en la pista contra todo pronóstico. Lejos de los circuitos, Ross y Nick se ven envueltos en una batalla legal que pone en jaque su sueño de ganar el campeonato. Por si la tensión de la competición no bastara, la vorágine política amenaza la supervivencia de Brawn GP.