Yoko Okino protagoniza una serie de televisión e invita a Ran, Kogoro y Conan al rodaje en agradecimiento de su ayuda de la última vez. Pero poco después, uno de los cámaras allí presentes es asesinado, y el deber de Conan será investigar hasta dar con el asesino, gracias a un mensaje póstumo que dejó la víctima con su sangre justo antes de morir.