Una viuda angustiada y sus dos hijos asaltan el ático de la Sra. Cabot, tomando como rehenes al dueño del hotel, Peter, y finalmente a Christine. Con su desequilibrado "tío Edgar" como juez, juzgan a la Sra. Cabot por la muerte del marido de la mujer, que meses antes se había caído de la escalera del hotel.