Tras haber cumplido su parte del trato, Shark se marcha a Las Vegas sin haber recibido su licencia de vuelta para ejercer en California. En la ciudad del juego se reencuentra con Duke Ballantine, un antiguo cliente que se ha metido en problemas. Tras descubrir que su socio mantenía una aventura con su esposa, Duke lo asesina a sangre fría y pide ayuda a Shark para escapar impune. La minuta es tan atractiva que Shark acepta y se lleva con él a parte de su equipo. Sin embargo, la cruel actitud de su cliente hará a Shark replantearse si volver a ser un abogado defensor es lo que verdaderamente quiere.