Un coche atropella a la agente Reyes dejándola en estado comatoso. Con ese último recuerdo se despierta en un extraño hospital donde la única compañía es un invividuo que piensa que está en una sala de espera antes de pasar a la otra vida. Tendrá que luchar por despertarse a sí misma antes de que su tarjeta de donante de órganos tome la decisión por ella. Su único vínculo con el mundo exterior será una mujer autista llamada Audrey Pauley. Mientras, Doggett y Scully comienzan a sospechar que fuerzas externas pueden estar conspirando para poner fin a la vida de Reyes.