Miyu sería una humana normal si no fuera porque su padre es un "shinma" (un demonio que habita en el mundo de los humanos). Este pequeño detalle hace de ella una chica con poderes especiales. Aún así, Miyu no es un vampiro como los demás, no le afectan ni las cruces ni el agua bendita. De hecho, es una estudiante común como cualquier otro, salvo que bebe sangre para sobrevivir. Su verdadera misión es atrapar a los shinma que están en el mundo de los humanos y devolverlos a las tinieblas.