Un bebé es abandonado en el estudio. El equipo se enternece y lo adoptan, pero a medida que empiezan a alimentarlo, el bebé empieza a crecer descomunalmente y tiene ganas de comerse al elenco. Afortunadamente, la música que escucha del Tío Horacio en la radio parece calmarlo, pero no le es suficiente y quiere verlo en vivo. El Tío Horacio va al estudio y dice que sólo va a quedarse entreteniendo al bebé si lo dejan volver a la televisión, por lo que, para el pesar del resto, convierte a 31 minutos en “El show del tío Horacio” y recrea sus clásicas secciones.