Sanshiro, un artista marcial adolescente, entrena en la Escuela Kurenai de Jiujitsu y busca al asesino de su padre. Acompañando a Sanshiro está un niño huérfano llamado Kenbo y su perro Boke. La única pista de Sanshiro sobre el asesino de su padre es un ojo de cristal que quedó en la escena del crimen, lo que sugiere que el asesino de su padre tenía un solo ojo.