Bart se emborracha por accidente en la fiesta del día de San Patricio y aparece por la tele. Ante esas imágenes, un grupo de señoras exaltadas pide al alcalde que se prohiba la venta de alcohol. Poco después se encuentra una ley que, desde hace 200 años, no permite la venta de alcohol en Springfield, por lo que Quimby acepta a declararlo ilegal. Por su parte, Homer decide que hará lo posible por que a Springfield no le falte alcohol.