El FBI informa a Gibbs de que su anterior jefe, el coronel Ryan, está en busca y captura por un delito de robo y asesinato. Gibbs está convencido de que Ryan es incapaz de hacer algo así y confía plenamente en su inocencia. Por ello, ordena a Kate y a Tony que encuentren a Ryan. Cuando lo consiguen, el coronel explicará toda la trama de mentiras que se esconden detrás de este caso.