Hallan los cuerpos de dos asesinos a sueldo en el mar. Tony y Ziva adoptan la identidad de los fallecidos para investigar quién era su objetivo. Gibbs, mientras, descubrirá que su equipo no es la única agencia federal que está llevando el caso. Tony y Ziva irán a un hotel aparentando ser el matrimonio delincuente y, mientras fingen una disputa matrimonial, el romanticismo se hace evidente.