Tras capturar a un importante distribuidor internacional de armas, el equipo de NCIS descubre que los artefactos propiedad de la Marina serán vendidos a otro traficante. Para impedir que esta operación se lleve a cabo, el equipo envía a Ducky como agente infiltrado. Al mismo tiempo, descubren que otra agencia estatal trabaja en la misma misión, pero con objetivos claramente distintos.