Mientras Gibbs estuvo en México, DiNozzo lideró todos los casos que caían en manos del equipo del NCIS. Durante ese período, el agente envió a la cárcel a un hombre acusado de fraude. Ahora, el principal testigo de aquel caso ha aparecido muerto, y el sospechoso de su asesinato es dicho preso, que ahora está en la calle. El caso da un giro cuando el posible culpable se presenta en las dependencias del Cuerpo para dejar clara su inocencia.