Sadaharu se ha vuelto gigante, lo cual pone en problemas a la Yorozuya. Las hermanas Ana y Mona aparecen y explican que ellas son las sacerdotisas encargadas de cuidar del Inugami, real identidad de Sadaharu. Sin embargo, Sadaharu se ha convertido en una bestia por culpa de la leche de fresa y comienza a destruir la ciudad, por lo que la Yorozuya junto a las sacerdotisas deben buscar la manera de volver a Sadaharu a la normalidad.