Como presidente, Barry toma la decisión de no precipitarse aún cuando las primeras elecciones libres tienen importantes efectos. Barry no es consciente de que hay ciertas facciones que lo ven únicamente como otro Al-Fayeed cuyas palabras son huecas, y que el cambio real en Abuddin sólo puede lograrse mediante la revolución y destituyendo a caulquier miembro de Al-Fayeed.