Huyendo de los soldados que les persiguen, Bandolero y su banda llegan a una apartada y desértica región. Es de noche, y han perdido los caballos, así que no les queda más remedio que buscar un sitio donde hacer noche. Pero el único lugar que encuentran es un siniestro castillo que, según les avisan unos campesinos, está embrujado.