En esta edición seremos testimonios de anécdotas y sucesos difíciles de creer, como el de un hombre que le indicaron mal en el Camino de Santiago y acabó en Jerez; otro que siempre le toca el contenedor con el pedal roto cuando va a tirar la basura; por no hablar de uno que está traumatizado porque no puede evitar abrir los ojos cuando da un morreo; o del que tiene el jardín hecho una jungla porque considera una aberración decapitar el césped.