Roger está cansado de su hogar en el drenaje, así que pide ayuda de los pingüinos para mudarse a otro lugar. El lago, el museo, hasta lo usan como gárgola, pero nada funcionaba. Intentaron esconderlo en un lugar que parecía ser inhabitable, pero era un lugar de actuación. Se llamó a «control de animales», y llevaron a Roger al zoológico, su nuevo hogar.