León atravesado por la muerte de su hermana debe enfrentar a sus padres recién llegados de España. Confirma en este episodio lo que Lola siempre le dijo y él se resistía a creer: su padre biológico aún vive. Román termina iniciando una doble vida junto a Matías, sin separarse de su mujer. Claramente afectado en sus facultades mentales, y fruto del suicidio de Lola, tanto León como Charo –quién estaba a cargo del tratamiento de Lola- son desplazados de sus puestos. Román Moro y Lucía Garfunkel pasan a ocupar sus puestos. Diego y Renata acuerdan por fin irse a vivir juntos… pero Renata sigue escondiendo el secreto de su adicción a las anfetaminas. En el final, León se lleva el cuerpo de su hermana muerta y la crema en un peculiar rito. Termina internado como un psicótico más. Charo, quién aparentemente había renunciado al hospital, se presenta una vez más allí, dispuesta a tratar a su amor de siempre.