El 23 de marzo de 1994, el vuelo 593 de Aeroflot entró en pérdida y se estrelló mientras se dirigía a Hong Kong, matando a las 75 personas a bordo. El hijo del piloto de 15 años accidentalmente desactivó el piloto automático mientras se encontraba en el asiento del capitán, causando que la aeronave se inclinara excesivamente a la derecha, induciendo la pérdida.