El grupo decide pasar la noche en una posada de Izale, pero se encuentran con una visión aterradora del pueblo en llamas. Ante el grupo se presenta un rostro familiar, que revela su identidad como uno de los Cuatro Reyes Celestiales, el invocador Kilkapul. Kilkapul Invoca al Dios de la Muerte Krosde Thanatus, un poderoso ser interdimensional de gran poder y fabulosas habilidades. Seiya decide escapar al Reino Celestial para salvar su vida y la del grupo.