La marquesa pide cuentas a Petra por el regreso del niño de Pía a La Promesa. Porque está claro que Cruz no va a dejar que las cosas queden así. Por su parte, Pía hace malabares para compaginar el exigente trabajo de ama de llaves, con los también exigentes cuidados de un recién nacido; pero la pobre no llega a todo. Cortas, y cada vez más, son las distancias entre Candela y Carlos, que vuelven a besarse, con tan mala suerte que serán descubiertos por alguien con mucha jerarquía dentro del servicio. Para jerarquía la que Antonio de Carvajal y Cifuentes impone sobre Martina, que ya tomó la decisión de aceptar su proposición matrimonial, pero será ahora cuando deban comunicar al resto de la familia tan importante noticia. Curro rabia viendo cómo Martina se pliega a los deseos de sus padres y del principito. Así que ocupa su cabeza en otros menesteres y visita a Ramona para que le hable de su pasado, a pesar de la oposición de Jana.