Una noche, el ladrón está robando una gema preciosa, las "Lágrimas de Artemisa", cuando es descubierto por Conan, que está de vacaciones, y cuando Conan está a punto de disparar al ladrón con un balón de fútbol, el ladrón escapa desviando la atención de Conan. En el proceso de huida, es enredado en un sedal por un grupo de jóvenes detectives (en este caso Ayumi, Genta y Mitsuhiko) que esperan localizarlo en el campo y cae en una isla aislada que será transformada en un parque safari.