Skye, de quince años, se muda con su padre de la gran ciudad a la zona rural de Irlanda del Norte, donde se hacen cargo de un hotel familiar local llamado North Star, anteriormente administrado por el abuelo de Skye. Skye intenta construir una nueva vida, pero esta nueva vida no está libre de complicaciones, ya que Skye debe superar el estrés cotidiano de la vida adolescente e intenta integrarse en un grupo de adolescentes que viven y trabajan en el hotel.