Hasta ahora siempre hemos visto a Sagrario en su quiosco, en la peluquería o en el bar de Miguel. Pero antes de llegar a San Genaro, fue una mujer dedicada en cuerpo y alma al mundo del espectáculo. En 1922 se fue de gira con Concha Piquer a Nueva York y, según su versión (en la que creemos ciegamente), era conocida como Sagrario Arjonilla, la más grande. Cantaba, bailaba y hasta presentaba en inglés, y prueba de ello es que aún reproduce con fluidez y pronunciación exquisita algunas de las frases con las que se dirigía al público neoyorquino cada noche desde el escenario.