Ava se despierta eufórica y comunica al servicio que quiere hacer un pequeño homenaje a su amigo Hemingway. Durante los preparativos, Ava y Perón se encuentran en el jardín, éste le da el pésame y hacen las paces. El pequeño homenaje se convierte en una fiesta loca de más de 300: bugaloo, flamenco,... Incluso se presentan el Vargas y Lucero con el collar puesto. Ana Mari y Manolo harán filigranas para que Ava no se de cuenta. Sin poder pegar ojo, y cada vez más indignados, los Perón llaman a la Guardia Civil quien se presentan en casa de Ava a parar la fiesta.