En 1474, la recién coronada Reina Isabel de Castilla lanza una expedición para conquistar Gran Canaria, dirigida por Juan Rejón y el misionero Bermúdez. La campaña inicial enfrenta a los castellanos con una feroz resistencia de los guanartemes locales. Tras una victoria temprana en el arroyo del Guiniguada, los conquistadores sufren problemas internos y económicos. La traición y el conflicto entre líderes resultan en la ejecución de Rejón y la sustitución por Pedro de Vera. A pesar de la tenaz resistencia canaria, finalmente la isla se rinde el 29 de abril de 1483, marcando el comienzo de la pacificación y el dominio castellano en el archipiélago canario.