En el turbulento siglo XVIII, las Islas Canarias vivieron momentos decisivos durante la Guerra de Sucesión Española y sus secuelas. En 1706, los canarios, leales a Felipe de Borbón, enfrentaron un ataque de una flota inglesa en Santa Cruz de Tenerife, logrando repelerla con valentía. Sin embargo, el conflicto continuó con incursiones piratas y corsarios que asolaron las islas. Entre combates y defensas, destacaron las victorias locales y los esfuerzos por mantener la soberanía en medio de la continua amenaza inglesa. Este período de lucha y resistencia consolidó el carácter indomable de los canarios frente a los desafíos externos.