Durante el apogeo de la industria azucarera en Canarias, el creciente esfuerzo por cultivar caña de azúcar llevó a la importación masiva de esclavos africanos para suplir la escasez de mano de obra nativa, previamente sometida tras la conquista. Este episodio revela las duras condiciones que enfrentaron los esclavos, su resistencia y la compleja dinámica de su vida en las plantaciones. A medida que la industria azucarera decayó, también lo hizo la relevancia de la esclavitud, que finalmente fue abolida en España en 1886.